“Las sociedades "necesitan" inventarse escritores de "culto" y los raros son perfectos para esa forma de momificación necrofílica”.
Por Harold Alva
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El primer libro que leí de Carlos Calderón Fajardo fue La conciencia del límite último; desde entonces he seguido de cerca la obra de este narrador a quien hemos tenido el privilegio de publicar El viaje que nunca termina: la verdadera historia de Sarah Ellen (Ediciones Altazor, 2009); que presentamos la noche del jueves 24 de setiembre en el Centro Cultural de España. Los comentarios estuvieron a cargo de Rossana Díaz Costa, Luisa Fernanda Lindo y de Willy del Pozo. Sobre Sarah Ellen, lo gótico y sobre los narradores jóvenes, dialogamos en la siguiente entrevista.
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Publicó un adelanto de esta novela en 1993. Han pasado más de quince años y publica la versión definitiva ¿Por qué tuvo reposando tanto tiempo a Sarah Ellen?
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La novela durmió 16 años porque maduró dentro de mí. La volví a reescribir después del sismo del 2007, cuando se creó un culto en relación a ella, después de que un hombre salvó la vida cobijado bajo su tumba. En 1993 era todavía un vampiro, pero a partir del 2007 se convirtió en una santa de culto. La idea de una vampiro que hace milagros me fascinó, y me reenganchó con la historia.
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La vida como un viaje, el viaje como metáfora de una existencia que nunca se termina, representado en Sarah Ellen, la inglesa que se alucinaba Vampiro. ¿Existió realmente esta mujer o se trata de otra leyenda urbana?
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La mujer existió, la leyenda nacida en Pisco, en Perú, llegó a Inglaterra y fue muy publicitada en la prensa inglesa y varios periodistas británicos hicieron una investigación exhaustiva sobre esta mujer. En google se puede hallar estas investigaciones hechas en Inglaterra. Lo mío es una novela inspirada en la leyenda urbana peruana. No recreo la leyenda, la leyenda me sirve de punto de partida para continuar ampliando mi horizonte expresivo. Esta novela no es extraña al corpus de mi narrativa, se emparenta con el cuento Gyula, con el tema de los verdugos de ese libro y con los rasgos góticos de mi novela La conciencia de límite último, novela con la que El viaje que nunca termina está emparentada; ambas novelas fueron escritas más o menos en la misma época, en el 91 y el 93 en los tiempos que estaba fresca de la embriaguez de sangre que hubo en la guerra interna.
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Lo heroico en esta novela es el amor de Jhon P. quien se embarca en esta travesía secundando a Sarah, él es quien al no rechazar el modo de vida de su esposa, inventa a la falsa vampiro. ¿El viaje que nunca termina podría ser clasificado también como una novela de amor?
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Es una novela de amor. La narrativa gótica moderna, en el cine y la novela han derivado a ser novelas de amor. El vampirismo como tema novelesco siempre ha estado relacionado con el sexo y el amor. El vampiro siempre vive penas de amor y cuando muerde efectúa una especie de coito de sangre que, en términos de placer sexual, es incomparable.
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¿Por qué elegir a un romántico, el Capitán Álvarez, para que conduzca el navío donde viajaba la pareja?
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El romanticismo fue un movimiento literario, filosófico, de reacción a la razón moderna. Este rechazo a lo moderno, vuelve con la postmodernidad. Esta novela fue escrita en pleno debate filosófico sobre la postmodernidad. Hay un romanticismo reciclado postmoderno; el rechazo a una modernidad tecnológica que todo lo depreda: la muerte de la randomancia, de las novelas góticas; el capitán Álvarez representa la resistencia de la magnifica navegación a vela, donde el capitán controlaba las corrientes y los vientos y Álvarez es el rechazo a los buques modernos donde los aparatos son los que controlan el rumbo de la nave.
¿Cuáles han sido los referentes literarios sobre los que construye esta historia? ¿Quiénes han sido los autores que han influido en su incursión al género gótico?
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Los referentes literarios son Bram Stocker, y la novela sobre El buque fantasma, de la que se hizo una película muy famosa y tiene que ver con una historia, la del Holandés errante, que está condenado a navegar sin fin; Wagner hizo una opera con esa leyenda El Holandes errante. Pero el referente fue la leyenda misma de Sarah Ellen sobre la que había mucha información en 1993.
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En el Perú no hay una tradición gótica, quizá un acercamiento en la obra de Clemente Palma, sin embargo no ha sido un género desarrollado por nuestros escritores, de allí que considero que El viaje que nunca termina se convierte en un referente histórico. ¿Seguirá explorando lo gótico? ¿Ha pensado en otra novela?
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Es cierto que en el Perú no hay tradición gótica, y si la hay. Gonzalo Portal Zubiate ha hecho una antología de 300 páginas sobre poesía peruana de filiación siniestra Urge púrpura (El lampero alucinado ediciones 2009). Y Elton Honores de San Marcos está preparando una antología de cuentos peruanos sobre vampiros. Temas hay para novelas góticas; los pishtacos, los saca ojos, los "roba caras". Etc
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De los nuevos narradores ¿a quiénes considera que debemos seguirle la pista?
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Esa pregunta es difícil de contestar, los hay fantásticos y realistas. Pero aún no se despunta un escritor en especial. Me interesan las narradores mujeres jóvenes. Claudia Ulloa, Rossana Díaz Costa, Alina Gadea, Julia Wong, yo creo que son a ellas a quienes hay que seguirles la pista.
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Los jóvenes lo leen como a un autor de culto ¿Usted cómo se califica?
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¿Cómo me califico? Como un hombre que ha perseverado más de 40 años en una misma vocación. Y lo que he hecho y hago, es intentar construir una obra personal, que busca en cada nuevo libro ampliar mi horizonte expresivo. Me importa poco, si soy famoso o no lo soy, si gano premios o no, si me internacionalizan o no, si las editoriales grandes se interesan por mí; en las alternativas me siento muy cómodo. No soy un gran escritor, si lo fuese ya me habría echado el lazo, el anzuelo, las grandes editoriales del mundo que andan buscando con lupa a grandes escritores, y no soy de culto, salvo para unos cuantos fans. Para ilustrar esto basta ver que sólo dos blogs publicitaron la presentación de mi novela. Eso de culto es un bluff. Las sociedades "necesitan" inventarse escritores de "culto" y los raros (Siu Kam Wen, Adolph. CCF) son perfectos para esa forma de momificación necrofílica.
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Sobre Carlos Calderón Fajardo:
http://www.librosperuanos.com/autores/calderon_fajardo1.html