martes, 15 de septiembre de 2009

ENTREVISTA A SERGIO BARANDIARÁN

“Quisiera que Coctel Selva Negra sirva para sensibilizar al público en cuanto a la diversidad de formas de amar y desear”
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Sergio Barandiarán

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Por Harold Alva
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Sergio Barandiarán ha escrito una novela desenfadada. Coctel Selva Negra (Ediciones Altazor, 2009) es un conjunto de historias de género que, al modo de El gran salto de Alberto Ciarriz, Contra natura de Álvaro Pombo, o No se lo digas a nadie de Jaime Baily; nos transportan a un territorio donde los encuentros furtivos, las fiestas, los viajes y las tragedias son la línea que cruza e identifica a sus personajes; inmigrantes en su mayoría, acreditados con ese salvoconducto de ciudadanos del mundo, propio de la globalización. El lector que se enfrente a sus páginas, no dejará de sorprenderse con el manejo de las situaciones, las mismas que en un momento lo pueden situar frente a una novela de viajes, otras, inserto en las páginas de un diario y, en su mayoría, como el concentrado receptor de una inusitada confesión que lo dejará conmovido y sin fuerzas para cuestionar el universo homoerótico, presentado al fin, con un nivel en el lenguaje, que bien podría resumirse como ese buscador infatigable que, en su momento, reclamó Virginia Wolf. Sobre este variopinto Coctel conversé con Sergio, aquí les dejo la entrevista.
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¿Por qué escogiste la novela para iniciar tu carrera literaria?

Más que una elección consciente de género literario, Coctel Selva Negra es el resultado de un cuarentón en crisis que siente que se le va la vida y trata de reconstruir algunos fragmentos de ella para convencerse de que ha “vivido”.


¿Has incursionado en el cuento? Te pregunto porque para tratarse de una primera novela, la estructura y el lenguaje nos presentan a un narrador que tiene conciencia del oficio.

Si bien Coctel Selva Negra es mi primera publicación, he escrito algunos cuentos con cierta regularidad desde 1995. Lo que llamas “conciencia del oficio” proviene a lo mejor del hecho de ser un ávido consumidor de literatura, sobre todo de mis autores favoritos, y por ser un filólogo de corazón con una incontrolable afición a todo lo relativo al lenguaje. Me encanta por ejemplo jugar con el doble sentido como en la mayoría de títulos de los capítulos. También participé hace algunos años en un taller de escritura creativa.


Coctel Selva Negra puede leerse como un diario de viajes, como la suma de varias historias, me da la impresión de que capturaste el concepto de la transvanguardia europea ¿Pensaste desde el inicio en una novela homoerótica?

La verdad es que soy bastante inexperto en teoría literaria. Coctel Selva Negra es más que nada un homenaje a personas que tuvieron un papel importante en mi vida y desarrollo personal. Con algunas de ellas mantengo una amistad entrañable hasta hoy, a otras les he querido aplicar una pequeña venganza desde la ficción. Quisiera que Coctel Selva Negra sirva para sensibilizar al público en cuanto a la diversidad de formas de amar y desear. Por otro lado, la mitad de los personajes, incluyendo al narrador, tienen un claro perfil homoerótico o lo van desarrollando en el curso de la historia, la otra mitad no.


¿A qué autores consideras tus referentes?

Exagerando un poco, te puedo decir que si quitas de mi biblioteca a Isabel Allende, Laura Esquivel, Jaime Bayly – las damas primero –, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, me dejarías casi huérfano de libros. Menos mal que tengo bastantes atlas altos y gruesos para rellenar esos espacios vacíos.


Elegiste narrar en primera persona ¿Cuánto de Sergio Barandiarán hay en Coctel Selva Negra?

El narrador y protagonista, Carlos Hayes, tiene de hecho bastante en común conmigo. Es básicamente un 'lorna' que se pasó todo el colegio estudiando y descuidó otras facetas importantes de la vida que más adelante tratará de recuperar con más o menos suerte. Por otro lado, los personajes co-protagónicos de cada capítulo los he creado a partir de personas reales, pero con las consabidas licencias de la ficción literaria para volverlos más pintorescos.
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¿Has pensado en una saga de historias donde puedas continuar explotando tu condición itinerante? Te pregunto esto por el final abierto de la novela.

Lo que tengo bien claro, es que algunos de los personajes co-protagónicos, por ejemplo Monsieur Rémy, dan para una novela entera. También estoy maquinando una saga familiar ambientada totalmente en el Perú.

Radicas en Alemania ¿participas de su bohemia? ¿qué tan intensa es allá la actividad literaria?

Alemania es un país con una indudable tradición intelectual; tanto es así que ellos mismos se autotitulan “tierra de poetas y pensadores”. Basta pasar un otoño-invierno allí para entender por qué: Con ese frío, cielo gris y oscuridad, se dan condiciones óptimas para encerrarse en su escritorio o sala y dedicarse a escribir o leer. Como autor en lengua extranjera, he participado alguna vez en la “bohemia” de un simpático círculo de autores hispanos que se reúnen cada mes en Colonia.

¿Cuál es tu siguiente paso como escritor?

Antes que nada, estoy trabajando en la traducción al alemán de Coctel Selva Negra para poderlo lanzar en la Feria del Libro de Frankfurt en el 2010. Posteriormente, quisiera reflotar los cuentos que escribí entre el 95 y el 2007 así como embarcarme en el proyecto de saga familiar lambayecana-limeña que abarcaría todo el siglo XX y cuyo título lo tengo listo desde hace diecisiete años, falta tan solo el contenido.

En una frase: ¿Quién es Sergio Barandiarán?

Un itinerante con raíces más en el aire que en la tierra, con muchas dudas y pocas certezas, con poco amor al trabajo – no más de seis horas diarias, por favor – y muchas ganas de viajar por el mundo, probar las comidas típicas de cada lugar y a sus respectivos cocineros.

¿Qué papel juega el Perú en tu libro?

Teniendo en cuenta que la mitad de mi vida he sido extranjero, el concepto de “patria” se ha extendido a todos los lugares donde he vivido más de un año y experimentado eso que llamamos felicidad, donde he querido y me han querido, como Friburgo, Basilea y Frankfurt. En Coctel Selva Negra, aparte del narrador, hay otros dos co-protagonistas peruanos, el estudiante y cocinero Jaime así como la brichera jubilada Leticia. Todos ellos comparten la peruanísima pasión por la buena mesa. Tengo también claro que mi próximo proyecto de cierta envergadura tendrá como telón de fondo ya no la Selva Negra sino la multifacética geografía peruana.

1 comentario:

  1. Interesante la perspectiva de narrar la crisis que uno siente de la vida y de reconstruir fragmentos para convencerse de uno mismo que ha “vivido”. Felicitaciones por la Obra.

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